sábado, 3 de julio de 2004

Un tribunal norteamericano falla que se puede espiar el correo ajeno si no está circulando.

En una decisión sin precedentes -aunque muy acorde a la dinámica liberticida que en los últimos tiempos se vive en el país que otrora fuera considerado patria de las libertades- un tribunal de apelación ha fallado a favor del responsable de un sitio web sobre libros, que se permitió acceder a miles de correos de sus clientes, al parecer con un fin tan "noble" como averiguar qué tipo de información solicitaban a su competencia para tratar de adelantarse a sus deseos.

Sorprendentemente, la disparatada sentencia (en formato PDF, 141 Kb) asegura que no es lo mismo acceder al correo ajeno cuando está almacenado en el servidor (sin ser aún despachado a su destinatario), que mientras está en tránsito por la Red. Para nuestra suerte, en España lo que se protege (tanto penal como constitucionalmente) es el secreto de las comunicaciones, con independencia de si los bits están o no en marcha...