¿Por qué yo no tengo plaza de parking?
Este es el sugerente título del libro de Fernando Echánove Sáez (sí, el primo Juan), directivo curtido en mil avatares, y que acabo de adquirir.
He sido vecino y compañero de cole durante toda la infancia, y siempre me ha parecido un tipo inteligente y distinto (caramba Fernando, tienes un CV impresionante!!).
Total, que además del sandwich reglamentario, antes de pasar por la caja del Vip´s, he decidido leer su libro.
Dejaré un poco de lado el "Elemental", de Lucy Kellaway (me encanta esta mujer, pero se ha puesto un tanto pesadita, y tengo sobredosis de humor inglés), y me sirve de impass, después de otras lecturas más serias, como "Blue Ocean Strategy", magnífico, o más desenfadadas, como el "Como hacerse rico", de Donald Trump.
De un tiempo a esta parte, compagino "literatura de aeropuerto", con mamotretos de management de difícil digestión (ojo, y no lo digo por "Blue Ocean.....", que se lee de un tirón). Quizá, por la necesidad de la sonrisa cómplice y desdramatizar el peso de la rutina diaria.
Bueno, ya os contaré sobre el libro de Fernando.
Este es el sugerente título del libro de Fernando Echánove Sáez (sí, el primo Juan), directivo curtido en mil avatares, y que acabo de adquirir.
He sido vecino y compañero de cole durante toda la infancia, y siempre me ha parecido un tipo inteligente y distinto (caramba Fernando, tienes un CV impresionante!!).
Total, que además del sandwich reglamentario, antes de pasar por la caja del Vip´s, he decidido leer su libro.
Dejaré un poco de lado el "Elemental", de Lucy Kellaway (me encanta esta mujer, pero se ha puesto un tanto pesadita, y tengo sobredosis de humor inglés), y me sirve de impass, después de otras lecturas más serias, como "Blue Ocean Strategy", magnífico, o más desenfadadas, como el "Como hacerse rico", de Donald Trump.
De un tiempo a esta parte, compagino "literatura de aeropuerto", con mamotretos de management de difícil digestión (ojo, y no lo digo por "Blue Ocean.....", que se lee de un tirón). Quizá, por la necesidad de la sonrisa cómplice y desdramatizar el peso de la rutina diaria.
Bueno, ya os contaré sobre el libro de Fernando.
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