¡Feliz Navidad!
Es verdad que la realidad pesa. Entiendo la "puñalaíta" de Ángel, pero por mucho que intentemos estirar nuestro tiempo el día tiene 24 horas y, lamentablemente, tanto él como yo dedicamos muchos esfuerzos, quizás demasiados, a nuestro desempeño profesional. A veces, muchas veces, ambos olvidamos lo necesario del alimento espiritual, la función terapéutica de esa catarsis y la utilidad de las contribuciones de otros.
En fin, que paséis unas felices fiestas, que el próximo año os traiga todo lo mejor y no olvideis el salario emocional.
¡Feliz Navidad!
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